NACIÓ Y MURIÓ EN GRANADA

En junio. Seis menos uno. Silencio, silencio y cuatro compases más. Y del mismo silencio nace el primer tema; intento no vanguardista como melodía ambigua, casi modal, casi tonal, que se enfrenta al aire que la vela en el segundo tema más abierto. Bajo la luna, con su presencia mágica que hechiza, procesionamos solemnes, no alegres pero sin tristeza, para alcanzar lo fecundo, la vida, el agua. Ríos de agua que crean surcos en el alma de quien se detiene a escucharlos. Y mientras el poeta canta, la luna nos muestra su cara, maléfica como el agua estancada, que se convierte en sangre sobre un fondo negro que lo corta una navaja punzante. De repente, un jinete con su caballo de la muerte, sin reflexión, crece hasta agotarse. Agua y agua que corre por el mundo reflejando el hechizo de lo verde y fecundo, aun cuando muerto, si vivo está. A tiempo sobre el gesto flamenco y aire andaluz universal, sigue gritando en un gran mundo mudo, o de silencios.

© Rafael Prado 2008 / Suite Genios de Andalucía – El retrato sonoro

Retrato sonoro a Federico García Lorca: Paisaje andaluz de Gritos y Silencios.